serena

más que nunca; seguimos rumbo norte, siempre pegados a la costa, a orillas de un pacífico inmenso ante nuestros ojos. nos detenemos en horcón; lindo pueblito pescador con reminiscencias de aquellos hippies setenteros, que se saltaban a la torera las normas de pinochet para practicar nudismo en sus pequeñas calas. unas empanadas después seguimos ruta. nos hablaron del "chiringuito", pequeño restaurán asomado entre rocas y gaviotas, en el zapallar. en el camino, el paisaje caprichoso , de bosques y montañas, de mar y rocas, incluso de dunas que caprichosamente salpican de arenas marrones el verde dominante. después de una increíble comida pisando un suelo de conchas y con la mejor panorámica imaginable, nos ponemos de nuevo en ruta; carretera y manta rumbo a la serena. el norte nos sigue llamando y queremos llegar antes de que nos sorprenda la noche. viva la panamericana, vivan sus curvas y sus rectas; y a nuestra izquierda siempre el pacífico, con su azul intenso y su blanca espuma de olas que rompen sin piedad en sus rocas negras...