miércoles, 5 de septiembre de 2007

salud y libertad, que dicen los gitanos

pues andaba yo pleiteando con mi dualidad. desgastando la suela de mis sandalias primero, después de mis zapas, aquél verano fresco de vientos cambiantes y zalameros.
aparqué la inquetud que toda elección produce, me subí al tobogán más alto que ví, el más resvaladizo recalentado por el sol del medio día. busqué la penumbra de la tarde y me dejé acunar por el histriónico vaivén de una hamaca colgada entre dos árboles.
aquí estamos -me dije-, los tresmosqueteros, los trestristestigres rebañando las últimas gotas de cerveza fría, lamiendo la espuma de mar añorado.
planeando como acabar con todo de un plumazo.
volví de nuevo a esas ventanas que se abrían en mi mente cuando te leía, esos relatos con los que empecé a crecer, los que me descubrieron que existen otras dimensiones, a leer al aviador que un día seré, o quizás a aquél que ya soy en otro espacio-tiempo, a leerte a tí, que sentaste las bases de mi pensamiento y de mi ser.
y decidí amarrarme a los renglones, no perderme ni una coma de mi vida. entrar y salir las veces que hiciera falta de aquél laberinto con la creencia de que no vivimos más que entre planos, curvas perpendicularmente infinitas.
caracolas sin principio ni fin.

No hay comentarios: