miércoles, 22 de octubre de 2008

..ni te cases ni t'embarques

..el martes.
el caso es que decidí hacer peyas de mis múltiples obligaciones -faltando a mi cita con mis grupos de inglés y de natación-, y; alérgica como soy al uso del transporte público, decidí coger el metro y dirigirme a los sures para aparecer por sorpresa en lugar y a la hora de la salida del laboro del moro. me acompañaba un buen libro, pero en algún momento decliné la lectura por la visión y observación de las demás sardinas que compartían vagón conmigo. y.. pasos presurosos por los pasillos de los transbordos, miradas que miran sin mirar más allá, todos sospechan de todos, todos se agarran el bolso cuando pasan al lado de los otros. qué petado iba el tubo, qué bien ir descapotá y a dos ruedas por la vida!, pero, por otra parte; es como la tele, no suelo verla, pero de vez en cuando me llamo al orden; ya que hay que estar informado de lo que ocurre, al día de las cosas, aunque solo sea para echarse unas risas o conversar en un viaje largo en ascensor.
llegados a los madriles, al nudo deshilachado de sus calles torcidas, decidimos acercarnos por el tablón, lugar en el que todo es inesperado y en el que nadie queda con nadie y encuentras a todos. a diferencia de otras veces, la música no flotaba en el aire; en su lugar, una micro tele -más micro si cabe que la mía propia-, subida a una mesa improvisada, y como sombrero, una antena formato cuéntame. me gusta que siempre sea diferente. ahí me hayaba, como si estuviera de nuevo en el salón de mi casa, pero recortado y pegado en cualquier lugar de áfrica; y sin embargo aquí mismo. los chicos viendo fútbol; yo viendo a los chicos. y hablando con la tipa del otro día, una chica menuda y con pinta de buena gente, con las huellas en su cara y en su dentadura de alguna bifurcación que escogió por error en los malos 80, cuando las drogas estaban al alcance de todos pero ninguno tenía información sobre el riesgo que corrían.
después ricardo puso orden y, agarrándose al descanso entre primera y segunda parte, empuñó el bajo, al que se sumaron batería, guitarra, órgano y más. mmmmmmmmh la música... que nos trae y nos lleva sin lastre ninguno a cualquier rincón donde nos queramos transportar. después, bocata de boquerones en vinagre en el hogar y horizontal y tal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Victoria: Quina sorpresa. Viatjant per internet buscant blogs de lectura i viatges, t'he trobat a tu. La vostra aventura m'ompla d'enveja. Espero que ens podrem veure a la tornada.
Una abraçada molt gran per a tots dos.
Griselda