sábado, 18 de octubre de 2008

en el camino

en el camino que recorremos, paso tras paso; con la bici en ristre o transportados sobre nuestras zapas, las palabras que tejemos siempre son productivas. hablamos de cosas. tus cosas y mis cosas. tu mundo y el mío. tan cercano y lejano, tan cotidiano y a la vez tan soñado, tan imaginado, tan idealizado. hay malentendidos y luego hay entendimiento. nos desencontramos para volver a tropezar con nosotros. siempre es aprendizaje, siempre son actos que nutren mis arrugas de niña_que_crece. decidí ser valiente y transitar el sendero de la verdad. decidí ponerme un espejo delante y prestar atención a mis ojos reflejados en él. decidí poner un espejo delante de las personas que quiero, que me importan; de los hechos; de las verdades verdadosas. siempre crudas; siempre dejan poso. qué difícil hacemos la cotidianidad. qué ganas de complicarnos la existencia ya de por sí complicada. de nuevo me vuelvo a topar conmigo y mi ingenuidad. sigo creyéndome en el mundo de nuncajamás; sigo viviendo en la calle de la golosina, como me decía coordinator. sigo dándome de bruces con la intencionalidad de los actos de los otros, como campanilla; la diferencia es que yo no tengo esos polvos mágicos que se diluyen con el aire y generan buenas intenciones.
nos cruzamos con un chico con unos grandes auriculares, como los que lleva el personal de los aeropuertos. yo digo que oír música a través de esos aparatejos es acojonante, pero que como tó lo bueno, a la larga, una de las consecuencias puede ser que pierdas oído. y precisamente es de lo que más estoy aprendiendo últimamente: que los sentidos son un regalo que hay que cuidar. que los ojos son las ventanas a la observación, y por tanto, al aprendizaje; y que los oídos no son sólo embudos para vibrar al compás de las notas que producen las frases o la música flotando en el aire, sino que son los toboganes que trazamos desde nuestro yo hacia los otros yoes. y que, si pierdes capacidad auditiva, te haces minusválido. y tú me dices que cuando llegues a los 50, si estás sordo, casi mejor, porque para lo que hay que oir... pues yo te digo que igual que hago yoga para que mis músculos y mi alma se hagan más flexibles y elásticos, he de vigilar y mantener engrasados todos mis sentidos, que son los que me hacen mantener el contacto con mi entorno, con mi realidad. los que nutren de retales y de detalles mis recuerdos; y por tanto los que me dan identidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sabes§ estoy en el cyber q hay frente a la tienda y pensaba en Karim; de hecho me he venido al cyber a ver si encontraba a alguien en el skype para hablar un rato en mi idioma, para comunicarme.
Mira q estos me acogen, como uno mas, pero hay momentos, como este, en q me acuerdo de Karim y me pregunto si yo podria estar tanto tiempo sin conocer un idioma(por inquietud o por aburrimiento) sabiendo q este me permitiria comunicarme -integrarme- al cien por cien.
eso.
un beso, palotti,
desde los sures.

pepita pulgarcita dijo...

halarastarafamán¡¡!!
en conexión siempre
no hay fronteras para la mente

disfruta y empápate de tó lo bueno y lo malo. por aquí te encuentro en todas las esquinas. me gusta q estés lejos y cerca a la vez.

cuidáte vos#

Anónimo dijo...

no se como tomarme eso de "me gusta q estes lejos", ja ja!
besotes, palotti!!
yo tambien me alegro de q estes telepaticamente al cien por cien!!