martes, 12 de agosto de 2008

iluminados

la llegada -entre nosotros-, a un sitio sobre el que teniamos tantas espectativas creadas, no fue todo lo pacifica que hubieramos deseado: el sol dando candela entre nubes y todos los lugare#os asaltandonos sin decoro, a lo que nosotros, sonrisa en boca respondiamos -fuera lo que fuese lo que nos ofrecieran- "namaste! no, thank you." a duras penas y al borde del colapso, conseguimos encontrar el hotelito que nos habia dado buena espina de la lonely -la biblia del s.xxi, cualquier viajero o turista que se precie la lleva, y asi uno puede comprobar si adivino sobre la nacionalidad del tipo que tenga a tiro, verificandolo al leer el titulo de la guia en el idioma del portador.- una vez alojados en una habitacion de numero 13 con fabulosas vistas a los ghats y al lago sagrado y despues de una ducha reparadora, nos dirigimos a hacer nuestra expedicion particular: paseo por la calle principal -la del bazar-, comida en un local de pinta horrible que nos recomienda un tipo de un puesto al que luego volveremos, pateo arriba pateo abajo localizando nuestros puntos de interes. dado que la comida que tomamos -vegetariana- no estuvo del todo mal, volvimos al puesto para que su vendedor nos hiciera una demostracion de las vibraciones de los cuencos tibetanos -nos habiamos parado porque le contaba alrubio que mi profe de kundalini los habia usado una vez en una meditacion-, demostracion que hizo sobre mi cuerpo en la horizontal, en cada chakra un bol de tama#o distinto. la vibracion si al oirla es increible, lo es mucho mas sobre el cuerpo de uno, y, aunque no le compramos nada, nos despedimos alegres del sonriente tendero y de su hijo de largas pesta#as. a la noche, vino a tentarnos el de la recepcion del hotelito, y nos dejamos tentar. desde la espaciosa habitacion presenciamos una maravillosa tormenta con truenos y centellas sobre el lago a nuestros pies.

a la ma#ana, hemos trazado un poco mas la ruta que seguiremos, esta noche y la que viene dormiremos aqui, descansando para las ciudades que nos quedan, tomando fuerzas para cuando el ansia de los lugare#os por el vil metal que quieren que nos dejemos nos las robe. hemos desayunado en un patio precioso a los pies de un arbol de bo, con un par de enormes tortugas transitando por el suelo, entre miles de plantas, un riquisimo y energetico menu. un paseo por los alrededores, y descanso y apertura de pulmones, iluminados despues de la tormenta.

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