asi que esta ma*ana, hemos retrocedido en el tempo metiendonos en un cafe con solera. es de la epoca de maximo apogeo de la calle freak street -en la que nos alojamos-. este cafe, conocido por sus ricas tartas, mantiene intacta la decoracion de anta*no. un lassi, un masala chai y una porcion de tarta de chocolate y otra de frutos del bosque nos ha dado la energia suficiente para, una vez finiquitada la bill, dirigirnos a la estacion de bules.
tal y como en india la vida esta en los trenes, y en sus estaciones; en nepal uno puede conocer mucho de sus habitantes y su cultura en los bules. ya en el primer viaje que hicimos en bus -desde lumbini hasta mugling y de ahi a pokhara-, en ese largo viaje, nos percatamos del propio lenguaje que ofrece el oficio. el negocio esta montado de la siguiente manera: un bus destartalado, un conductor con pinta de fumado, dos chavales delgados y sudorosos. el autobus parte de la estacion, donde hay otros buses que van a los mas diversos destinos; mientras esperan llenarse de pasajeros, se pelean por un centimetro mas de lugar. los chavales gritan y atraen al personal con una cantinela que repite el destino del autobus. se va llenando. en un determinado momento, uno de los chavales da 2 golpes a la carroceria: nos vamos. los chicos sudorosos van colgados de la puerta abierta, gritando el nombre de la ultima ciudad a la que vamos. cuando desde la acera alguien responde a sus gritos: 1 golpe fuerte y seco. el conductor medio detiene el vehiculo y suben 1, 2, o x personas. 2 golpes; de nuevo rodamos. y asi; un trayecto de unos 15kms que median entre kathmandu y bhaktapur, puede alargarse hasta una hora o mas. la gente va subiendo y bajando, abonando la parte proporcional de su viaje a uno de los chicos-reclamo.
finalmente arribamos, de nuevo agradecidos a la chingaita por sus valiosas indicaciones, felices de alojarnos en una habitacion en la que hay ventana en cada pared, con unas vistas increibles y una tranquilidad merecida.
tal y como en india la vida esta en los trenes, y en sus estaciones; en nepal uno puede conocer mucho de sus habitantes y su cultura en los bules. ya en el primer viaje que hicimos en bus -desde lumbini hasta mugling y de ahi a pokhara-, en ese largo viaje, nos percatamos del propio lenguaje que ofrece el oficio. el negocio esta montado de la siguiente manera: un bus destartalado, un conductor con pinta de fumado, dos chavales delgados y sudorosos. el autobus parte de la estacion, donde hay otros buses que van a los mas diversos destinos; mientras esperan llenarse de pasajeros, se pelean por un centimetro mas de lugar. los chavales gritan y atraen al personal con una cantinela que repite el destino del autobus. se va llenando. en un determinado momento, uno de los chavales da 2 golpes a la carroceria: nos vamos. los chicos sudorosos van colgados de la puerta abierta, gritando el nombre de la ultima ciudad a la que vamos. cuando desde la acera alguien responde a sus gritos: 1 golpe fuerte y seco. el conductor medio detiene el vehiculo y suben 1, 2, o x personas. 2 golpes; de nuevo rodamos. y asi; un trayecto de unos 15kms que median entre kathmandu y bhaktapur, puede alargarse hasta una hora o mas. la gente va subiendo y bajando, abonando la parte proporcional de su viaje a uno de los chicos-reclamo.
finalmente arribamos, de nuevo agradecidos a la chingaita por sus valiosas indicaciones, felices de alojarnos en una habitacion en la que hay ventana en cada pared, con unas vistas increibles y una tranquilidad merecida.
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