lunes, 26 de mayo de 2008

pegamento

y no miento.
así pierdo mi tiempo. o lo gano, según se mire, que todo tiene su cara y su cruz. mañana tengo un exámen que debería de estar preparándome. y como cuando estudiaba, me ocurre que encuentro que es el mejor momento para hacer todas esas pequeñas cosas que tengo pendientes. como por ejemplo, abrir un paquetito de 8 mini pegamentos comprados en el chino de la esquina, de esos que como no midas bien, te borran las huellas dactilares. y así, pegar unas zapas que hablan, una obsidiana que me trajo elrubio de méxico y que se fracturó en el aeropuerto de zúrich camino de berlín cuando cayó al suelo, una pulsera con bolas de ámbar que tiene más remendones que las botas de pinocho, un trozo de azulejo del baño... tareas muy importantes y necesarias. y me acuerdo de la casita que trajiste de grecia, la que siempre encendíamos por la noite con una minivela, esa que por segunda vez tiró latafi al suelo y que ya había sido pegada. faltan piezas, y voy al cajón donde la tenía guardada. y encuentro tu letra en un trozo de papel. tu letra inclinada con un dibujo de la casa y las medidas de todas las habitaciones, ahora me acuerdo, había que comprar cable para tirar la red y para parchear ese complejo lío eléctrico que es nicasio. y todo esto habiendo abandonado desde ayer domingo los malos humos, y el exceso de ingesta de té...no sabía yo que el rooibos éste de sabor afrutado podía dar tanto de sí. no son los aditivos, una es así de caótica de serie. y entre nosotros: malditos cajones que atesoran recuerdos.

No hay comentarios: