martes, 22 de enero de 2008

próxima estación: esperanza

vengo de acompañar a una amiga de las de siempre en un momento triste y duro para ella. y allí me encuentro con otras amigas, de esas, de las de siempre, y una de ellas me anuncia una alegre noticia. está guapísima y, según ella, con una talla más, pero yo, después de haberla cubierto de una enorme sonrisa de enhorabuena y de haber manoseado su incipiente tripuela, lo único que podría decir es que, como mucho, se ha tomado un buen cochinillo.
y vuelvo a casa a todo pedal, sin frenos y sin luces, con mil pensamientos. y llego, y estallo. y me pego una llorera de esas que te pegas cada mucho tiempo, y me doy cuenta de que la vida tiene que seguir su curso, y que quizá, elrubio y yo, necesitábamos de ese estallido para soltar maromas y comenzar nuestra propia travesía. y menos mal que no siempre nosotros somos nuestro mejor amigo, y que hay personas con las que conectas por un canal o por otro, y que hacen que tu imagen se vea reflejada, nítida como en el más pulido espejo, que te atan los cordones de las botas para que sigas manteniendo tus pies sobre el suelo.
desde aquí os copio a martrix y a james un precioso vídeo que un día rastamán colgó de sus descolgados pies para felicitar por otra buena noticia recibida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hasta la victoria, ¡siempre!
Y aún diría más: ¡No pasarán... Pero sí al pacharán!
Dale duro, niña. Como dijo Machado (me pongo pedante sin garbanzos): "No extrañéis dulces amigos que esté mi frente arrugada; yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas".