martes, 25 de noviembre de 2008

no seas seta

ayer terminé por fin de quitar el polvo a mis enseres. yo aún diría más, empecé a terminar, porque me he propuesto seguir con la limpieza. parto de las cosas materiales, para adentrarme en aquellas del espíritu. coincidió que en mi clase de yoga, como anillo al dedo, la criya iba dirigida a tal función. y rodaron y ruedan gotas de agua salada, y la pena brota y con ella me curo. nos dimos un homenaje la tafi et moi. yo, un wok de setas que me había traído elrubio desde el pueblo; ella, un pounche de paté para gato. el agua del cubo salía renegría, y bobmarley cantaba en el cuarto rojo. aún tengo mucho por hacer. y es por eso por lo que no me permito el lujo de abandonarme a esa vocecilla que me incordia desde los adentros, como queriendo sumergirme en un pequeño agujerito negro. me fuerzo y esfuerzo y continúo con el díadía, con mis actividades diversas. ocupo mis pensamientos y mis manos en cositas productivas; dejo que circulen corrientes, las reconozco pero no me dejo vencer por vendavales. soy pequeña, sí; pero siempre he tenido arranque, y me agarro a esa fuerza energética y me cuelgo de las sonrisas y de las miradas ajenas, a ver si se me pega un poquito. es lo que tienen las curvas cerradas, que la trazada ha de ser certera, a la velocidad justa y en una marcha corta, para luego salir manteniendo la trayectoria, sin perder de vista el horizonte.

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