hoy dijeron en la radio que los termómetros no pasarían de los 4º, pero cuando salí al exterior, leí en una parada de bus que eran las ocho y veinte y que la temperatura era de 7º, y no hacía nada de frío. caminaba a paso ligero, mi mente navegaba a una velocidad distinta a la de mis pasos, profundidades iluminándose por un tenue haz de luz, activa pero en calma. como ayer pinché la rueda de la bici, mis opciones se reducían: coger el coche un viernes no era tan buena idea, y con ese cielo tan azul pensé que aunque llegaría tarde seguro, compensaba darse un paseo con mi propia banda sonora enganchada a mis orejas. ..pero mi pequeño mp4, al igual que mi troncomóvil, se había quedado seco, casi vacío de energía y sin posibilidad de carga.
así que seguí caminando con la única compañía de mi propia persona. y llegué a la conclusión de que a veces es bueno distanciarse. da igual que la distancia se mida en días -siete, una vez a la semana, parecía que nos había prescrito el doctor. no pasaban más que siete días...y abríamos trincheras de, sí, otra vez siete metros de profundidad.
viernes, 23 de noviembre de 2007
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