martes, 20 de septiembre de 2011

flores

que brotan tardías en éste otoño en ésta esquinita del globo. y cómo voy a resistirme a una llamada, a tu siempre sonriente invitación: "el martes te vienes a comer. hay un merlot y unos pinceles que te esperan". y llego con las manos vacías y me marcho rellenita de palabras, de regalos, de todos esos sentimientos que se dicen sin decir, de pedacitos de tí. te dibujo una amapola grande, esquinada. lozana como tú. con su tallo bien verde anclado en la verde tierra. frágil y fuerte. sensible. no puedes arrancarla sin más, porque perdería la magia de su colorido. roja y verde. como todo el calor que destilas. me llenas de optimismo, de humanidad. de reencuentros, y de trozos del camino que, aún ya transitados, vuelven los pinreles a hacer. saltando los guijarros, mirando, campo a través esos pequeños insectos que se dibujan en tu pared. gracias por reforzar pilares con nubes esponjosas. gracias por dejar que me sumerja en esos verdosos y limpios ojos. sí. tiro los dados y me sale un ful. cargadas las baterías y con los pinceles preparados para seguir dibujando flores en nuestro jardín.

1 comentario:

LaRucia dijo...

Tú nunca llegas con las manos vacías, Satanama marinera, que se te escapan las sonrisas desde tus largos dedos. Ahora has dejado tus colores impresos en mi flamante pared llena de flores... y tu amapola tiene forma de sonrisa! no podía ser de otra manera.... llenando huecos... gracias...