sábado, 7 de marzo de 2009

al sur

un piño en la bolsa de mano y un billete de ave de ida y vuelta. la cabeza llena de viento y un cosquilleo en la barriga como cuando hacía pellas en el cole. partí desde atocha y en el último minuto apagaba una colilla en la vía del tren. encuentro con los rigodones del sur en un mar mediterráneo que me regala unos días de sol y de nubes, de cálidas temperaturas que acarician mis pestañas acabando el invierno. mientras el exterior permanece como detenido en el tiempo, los enanos me muestran que el ahora ya es ayer, que se pasa muy rápido, que la vida vuela. por dentro mil cambios se anuncian en sueños. llegué y volví sola, espectadora del sábado en mado hace un rato: maquillajes, tacones, pelos engominados. olor a pachuli en el aire y vapores que exhalan alientos del botellón, de las copas. la gata es la única que me recibe y yo finjo estar ataeada. la luna en creciente y mareas que suben y bajan. cigarros liados en la noche, como compañía elegida sonido de bocinas, voces y tacones en el pavimento que se cuelan en mi habitación. muere y nace algo a cada minuto y yo sigo empeñada en perder pulsos impuestos. ideas que crujen y tareas pendientes. tres puertas frente a mí con una única llave colgada del cuello.

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