viernes, 20 de noviembre de 2009

caóticamado

sigue latiendo como antaño. es mujer fumadora, libertina y ecléctica. todo cabe en ella, se tatúa la piel, se adorna con piercings, se sube a tacones de bailaora o patea pisando con talones de goma. mado te mira y te guiña un ojo. no pretende ligarte, es tu compinche, tu colega de juergas y correrías. maúlla y salta de rama en rama, de calle en calle serpentea la noche pobladita de neones de otros tiempos, que algún castor disfrazado de alcalde se empeña en suprimir, para que sea más light, más europea, más uniforme. pero mado no cede. es revelde y protestona, y se sale con la suya. ya no truenan los bongos ni timbales a la sombra del caballo del reti, pero si abres bien los ojos y dejas que tus botas o chanclas te conduzcan sin prejuicios, quizá pases una de las mejores jornadas de tu vida en algún garito camuflado en la compañía más variopinta y mezclada. porque mado se mezcla y te agita, te activa y abruma, amas irte para tener que volver, maldices su ruido y bendices su anarquía de horarios, de actividades, de opciones para el ocio y vicio.
no pisas mado a través de cuadrículas, te pierdes por sus curvas, sus volúmenes te atrapan, y siempre es tarde cuando tienes prisa y nunca hay prisa cuando es tarde.

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