como despedida del mes solemos hacer la última clase en plan lúdico_festiva. hablo de mis mañanas natatiles. y éste mes tocaba un ejercicio cuanto menos curioso...., y además caramboleando caramboleando, entrábamos en otras dimensiones y nos poníamos al día en cuanto a la actualidad, y tal.
me explico. resulta que el profe había traído papel de períodico con el que nos tapó las gafas piscineras. toda la clase (sus trescuartosdehora) la hicimos así, a ciegas. nuevas sensaciones, nuevas percepciones. al final hasta conseguí recoger sin ver siete aros _que no los olímpicos_ de las profundidades repartidos a lo largo de 25 m de aguas piscineras, sin salir a respirar y con el tacto de mis manos rastreando el fondo como única herramienta. lo mejor, sin duda, los dos trenecirtos que formamos, enfrentados unos con otros. el guía -el último de la fila-, era el único que nos podía dirigir como vidente, pero sin hablar; tan solo apretando con sus manos hombro derecho, hombro izquierdo del de delante, seña que a su vez pasaba nadador a nadador hasta llegar al de cabecera; nadábamos en modo zigzag, de corchera a corchera, intentando evitar la colisión y a la vez, cuando el timonel consideraba que estábamos alineados con el 'trenecito contrario', lanzar torpedo; figura que ocupaba el primero de la fila, que tenía que salir a propulsión de los pies y con las manos formato super man, hasta tocar al enemigo.
curiosas experiencias.
recomendable hacer cosas cotidianas dejando de usar alguno de nuestros sentidos.
cuestión de perspectivas ¿?
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